“La gente no compra productos,
compra lo que los productos hacen por ellos” Wolfgang Castillo Castro.
¿Gasto o inversión?, es uno de
los interrogantes que acompaña a los gerentes cuando deben tomar la decisión de
asignar recursos económicos para formar, capacitar o entrenar a su personal.
Las experiencias al interior de
las organizaciones han demostrado, en no pocos casos, que las personas que
asisten a seminarios y otros eventos de formación regresan a sus puestos de
trabajo en las mismas condiciones en las que partieron, incluso, en ocasiones,
su desempeño disminuye.
En los casos de entrenamientos
para ejecutivos los resultados no son mejores, las inversiones realizadas en
universidades y otras instituciones de formación, no se ve necesariamente
recompensada en la gestión que realizan.
Las causas pueden ser muchas y
muy variadas, entre ellas podemos mencionar algunas:
ü Seminarios
y talleres que no responden a una necesidad real de mejoramiento del desempeño
en las personas que asisten.
ü Programas
que se toman para estar a la moda o por impulso publicitario.
ü Un
inadecuado diagnóstico de necesidades de capacitación.
ü Asignar
personal a talleres y seminarios como recompensa.
ü No
contar con un sistema de medición e impacto del aprendizaje.
ü Desconocer
el nivel de transferencia del aprendizaje del aula al puesto de trabajo.
ü No
hacer seguimiento y control a los programas y seminarios realizados.
ü Ignorar
la importancia de medir la calidad de los proveedores de capacitación.
ü Creer
que la capacitación es la solución a todos los problemas de productividad de la
empresa.
ü No
hacer el ROL (Retorno sobre la inversión) a los programas de capacitación.
¿Sirve de algo la capacitación?
Claro que sí, es una oportunidad
que tiene la empresa para desarrollar en sus colaboradores sus potencialidades
y ponerlas al servicio de sus resultados corporativos. Algunos beneficios de un
plan de capacitación orientado al mejoramiento de las competencias y
capacidades del personal son:
1. Desarrollo de compromiso
frente a la tarea y la organización.
2. Incremento de la productividad
personal y de los equipos.
3. Apoyo en la auto motivación
para el desarrollo de su gestión.
4. Auto conocimiento de
fortalezas y debilidades en cada persona.
5. Puesta en práctica de
habilidades gerenciales.
6. Mejoramiento del trabajo en
equipo y del equipo de trabajo.
7. Valoración de sus propias
capacidades (Auto confianza).
8. Actualización de conocimientos
especializados.
9. Innovación en las prácticas
gerenciales y de gestión.
10. Reconocimiento de
competencias y conocimientos a desarrollar.
Finalmente, la capacitación es un
medio para lograr los resultados de mejoramiento esperado en el personal y de
productividad para la organización, pero no es el único, existen otro tipo de
intervenciones que pueden llevar a los resultados esperados de tal manera que
por fin los gerentes puedan decir con entusiasmo que valió la pena la inversión
(no el gasto) que se hizo en capacitación.
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